El 86 por ciento de los brasileños apoya la medida, cifra recogida por el Instituto de Investigación de Opinión Nexus.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ratificó el pasado lunes el proyecto de ley 104/2015 que restringe el uso de dispositivos electrónicos portátiles, especialmente teléfonos móviles, en las aulas de las escuelas públicas y privadas de educación básica de todo el país.

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El decreto, aprobado a finales del año pasado por el Congreso Nacional, se publicará dentro de 30 días, de modo que entrará en vigor a principios del año escolar, en febrero.

«Esta sanción significa aquí un reconocimiento al trabajo de todas las personas serias que se ocupan de la educación, de todas las personas que quieren cuidar de los niños y adolescentes de este país», afirmó el mandatario.

Brasil se une así a países como Francia y España en promulgar la legislación en sus territorios. El jefe del Gobierno brasileño consideró que la medida es “absolutamente necesaria”, porque “el ser humano nació para vivir en comunidad” y precisó “abrazos, miradas y atención”.

Según el ministro de Educación, Camilo Santana, la ley restringe el uso en las aulas y durante los recreos y para fines personales. Sin embargo, existen excepciones, como el uso con fines pedagógicos, bajo la supervisión de profesores, o en casos de personas que requieran soporte del dispositivo por accesibilidad tecnológica o por alguna necesidad de salud.

De acuerdo con André Vieira, corresponsal de teleSUR en Brasil, el 86 por ciento de los brasileños apoya la medida, cifra recogida por el Instituto de Investigación de Opinión Nexus.

Además, Vieira explicó que una investigación de estudiantes de escuelas públicas y privadas en el país arrojó que el 80 por ciento de los adolescentes tienen dificultades a la hora de concentrarse en las clases debido al uso de los teléfonos celulares.

Por su parte, el politólogo Bruno Lima Rocha expresó que la normativa prevé que los menores de edad entren en el juego de apuestas electrónicas.

Asimismo, Lima Rocha comentó que Brasil ya tiene más teléfonos celulares que computadoras, lo que conlleva la pérdida del hábito de escribir a mano, y por tanto, el uso de la lengua portuguesa en las redacciones.

«No estamos en contra del acceso a la tecnología, sobre todo porque en el mundo de hoy no hay retorno. Pero queremos que esta tecnología, esta herramienta, se utilice adecuadamente y, principalmente, en grupos (de edad) importantes en la vida de niños y adolescentes», dijo el ministro de Educación brasileño.     

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